2 de febrero de 2011

The Black Swan


Nina (Natalie Portman) es una talentosa bailarina de ballet a quien se le presenta la oportunidad de ser elegida protagonista para El Lago de los Cisnes, con el requisito de ser capaz de personificar al cisne blanco (pureza y fragilidad) pero también a su opuesto, el  cisne negro, lo que  -de acuerdo al maestro de la compañía de danza- implica una necesidad del manejo de esa dualidad con el  que Nina no cuenta, pues su inocencia no le permite la soltura que el papel que reza el título de la película exige.  De primera instancia se podría percibir que la película trata sobre el ballet, sus exigencias y la fría competencia que imagino están presentes en ese ambiente, pero Aronofsky opta por un planteamiento mas intimo y el viaje es a través de la perspectiva de Nina con todo y sus emociones reprimidas, así que siempre veremos a Portman en la pantalla lo que ayuda a proporcionar un ambiente de misterio, pues no sabemos mas allá de lo que ella podría saber y lo que nosotros suponemos.

Conforme el filme va avanzando el mayor problema que se le presenta a Nina no es su carencia de malicia o su susodicha pureza, es su fragilidad que puede traducirse como la falta de madurez  para enfrentar un contexto lleno de presiones que le revientan por todas partes y que como consecuencia la obligan a explorar su lado más oscuro. Aunque si bien tengo entendido – por una bailarina preciosa que conozco- el ballet es un mundo que se puede prestar a ogetadas del mayor nivel, la película puede ser una metáfora que podría aplicar a cualquier persona que incluso sea ajena a ese ambiente y eso es parte de lo que la hace tan inmersiva en el discurso que plantea: el ego nunca se permite el fracaso a costa de lo que sea. 

El Cisne Negro esta relatada casi a modo de una pieza de ballet que comienza suave y va incrementando su paso para que llegando a sus últimos minutos se convierta en una vorágine de emociones que cuesta trabajo deshacer aun terminada la función, es tanto y tan variado lo que experimente que si me preguntaran a  que genero pertenece, me sería un tanto difícil catalogarla. Lo que si me queda claro es que Darren Aronofsky sabe como atrapar a su audiencia e incluso llegar a incomodarla pero de una manera tan genial que el morbo termina ganándole a ese impulso por darle la espalda a lo que está pasando,  y es que no es un sentimiento que solo entra por la vista, sino que se cuela más profundo hasta que llega el momento en el que ya estas dentro de la piel del personaje -o en este caso las plumas-  y simplemente no hay manera de evitarlo.  

1 comentario:

  1. Tal vez este mal comentarme a mi mismo pero se me paso incluir parte de mi experiencia en el cine. Al final de la función escuche como unas señoras se quejaban de lo que habían visto, “No me gusto. Yo quería ver ballet” dijo una de ellas. Si lo que buscas es ver ballet, vas al teatro y punto, El cisne negro no es sobre el ballet ni tampoco es una historia de éxito motivacional, no es una película “bonita” es una película de Darren fuck$%& Arofnosky y quien no este familiarizado con el director probablemente no está advertido de lo que puede esperar.

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